#1: El Choclo de Oro

Con un paso lento pero firme de una persona de su edad, se bajó del santuario e ingresó al trasepto. Su túnica blanca se ondeaba junto con él. Virgilio Huamán, el conserje de la iglesia ya venía agitado a darle el encuentro.

—Disculpe padrecito, pero no lo entiendo… le pido que baje conmigo —balbuceó con un dejo muy cuzqueño y agachando la cabeza— Vienen de abajo padrecito, de la cripta.

Ingresar al trasepto